Transcripción: Ilene Schwartz, PhD
Escuche mientras Ilene Schwarts habla de por qué es importante ver más allá de las necesidades académicas cuando uno determina si un niño con TEA califica para los servicios de educación especial (tiempo: 1:44).
Un detalle acerca de los niños con autismo que no presentan discapacidades cognitivas, y que además podrían mostrarse como académicamente dotados, es que son muy desafiantes para muchas escuelas del sistema público. Esto se debe a que, como educadores especiales, nos preparan para, y esperamos proveer ayuda a niños para que puedan ponerse al día académicamente. Estos niños pueden estar avanzados académicamente pero en realidad están retrasados socialmente, y algunos de estos niños podrían no tener derecho a recibir educación especial porque pueden tener acceso a educación general. Una de las cosas que animamos a los distritos escolares a hacer es considerar si los comportamientos que están presentando los niños tienen un impacto negativo o impiden que el estudiante pueda participar de actividades de educación general, trabajar en grupos, trabajar juntos en equipos. Algunas de las discapacidades sociales que los niños presentan sí tienen impactos educativos negativos porque se les hace difícil a los niños con autismo participar en grupos de forma significativa. De modo que una de las cosas que queremos hacer cuando miramos a un niño con autismo es no sólo mirar su funcionamiento académico y determinar si necesitan servicios de educación especial basado en ello, sino mirar al niño íntegramente y considerar cómo es socialmente, conductualmente y cómo es académicamente.