Transcripción: Bryan Cook, PhD
Bryan Cook describe el balance entre implementar una práctica o programa con fidelidad y adaptarlos para que se ajusten a las necesidades concretas de cada uno (tiempo: 3:03).
Sí pienso que está bien hacer adaptaciones a veces. Sin embargo, remarcaría siempre que hay que tener mucho cuidado con estas adaptaciones. Son una amenaza a la fidelidad de implementación. Tenemos que tener mucho cuidado con cuándo adaptamos para no cambiar la práctica y convertirla en una PBE no efectiva mediante nuestra adaptación. Dicho esto, enseñar es más que seguir una receta. Es más que marcar unos casilleros. Si no hacemos más que intentar marcar los casilleros del procedimiento entonces no estaremos verdaderamente haciendo nuestra la práctica a implementar. No estamos realmente haciendo que la práctica funcione con nuestros estudiantes. Y, por tanto, tenemos que integrar la idea de la fidelidad de implementación con nuestro conocimiento como instructores y con nuestro conocimiento sobre los estudiantes a los que estamos enseñando. Y esto es, pienso, parte del arte de enseñar, tenemos que lograr un balance entre la fidelidad y un cierto nivel de flexibilidad y ajuste. Tenemos que hacer que funcione para nuestros estudiantes en nuestro contexto, pero eso no nos da carta blanca para cambiar la práctica y convertirla en algo completamente diferente, porque cuando cambias elementos críticos de una práctica, te arriesgas a volverla inefectiva.
Y, por tanto, tenemos que buscar áreas que podamos retocar o hacer pequeñas modificaciones a intervenciones o prácticas basadas en evidencia de formas que permitan mantener los componentes críticos de la intervención que las hacen efectivas y, al mismo tiempo, adaptarlas de manera que se ajusten a nuestros estudiantes y a nuestro contexto de enseñanza, y eso puede ser muy difícil de hacer. Y es un poco un trabajo de adivino. No hay pautas claras, al menos por ahora, sobre cómo hacer esto. Y, por tanto, cuando hacemos esto, creo que es importante no hacerlo demasiado pronto. No querríamos empezar a cambiar cosas antes de entender cómo funciona algo. Entonces, no hacerlo inmediatamente, pero sólo hacer adaptaciones después de realmente entender cómo funciona el programa o la práctica, y después uno ya puede pensar cómo adaptarlos sin realmente modificarlos. Y siempre que hagamos cambios, es doblemente importante tener datos de valoraciones frecuentes y fehacientes y hacer un buen progreso de control para que podamos medir los efectos de la adaptación rápidamente. Uno espera ser capaz de, potencialmente, mejorar la efectividad de la práctica pero al menos debemos mantenerla. Pero debemos tener mucho cuidado con siempre vigilar de cerca y asegurarnos que, cuando hemos hecho un cambio o una adaptación, no hayamos disminuido la efectividad de la práctica, y la única manera de ver eso de manera fiable es observando una supervisión del progreso de los estudiantes fehaciente.