¿Cuáles estrategias de las técnicas de estudio pueden mejorar el rendimiento académico de los estudiantes?

Transcripción: Hannah

Yo diría que administro bien mi tiempo, porque juego basquetbol y voleibol así que tengo que poder organizarlo bien para las actividades fuera del horario escolar, además de toda mi tarea, los exámenes y demás cosas que tengo que hacer. Me encanta anotar lo que tengo pendiente y poder tacharlo porque, cuando lo hago, siento que ya logré algo. Por eso uso una agenda y apunto todas mis cosas. También me sirve para darme cuenta “Ah, esto no es lo único que me queda por hacer esta noche; todavía tengo que estudiar para mi examen y hacer la tarea de esta materia”, y así no se me olvidan tantas cosas. Si estoy haciendo la tarea, tengo fuera mi agenda para consultarla y saber: necesito seguir y terminar esto porque aún no lo acabo, o porque todavía me falta estudiar esto otro. Por eso normalmente la tengo fuera todo el tiempo mientras hago la tarea, para poder consultarla: me mantiene al tanto de lo que he hecho y de lo que me falta.

Transcripción: Erin

Administrar el tiempo siempre ha sido un tema interesante para mí porque, la verdad es que no lo manejo bien: pospongo todo, y me entretengo hasta el último minuto y luego tengo que terminarlo. Me cuesta darme cuenta de cuánto tiempo necesito para los proyectos. Con frecuencia me he metido en problemas en la escuela por pensar: “Bueno, este proyecto me llevará solo algunos minutos esta noche”, cuando en realidad es un proyecto de tres días que debería haber empezado antes, pero lo dejé hasta el final, y por eso no queda tan bien como podría haber quedado si hubiera hecho el trabajo como es debido. La verdad es que mi manera de emprender las tareas grandes es esperar hasta el último día y hacerlo todo de prisa. He tenido un par de maestros que, cuando nos daban proyectos grandes, los dividían en tareas más pequeñas, y eso me ayudaba porque eso es lo que no puedo hacer por mí misma. Si me dan una tarea pequeña, como, digamos, escribir el primer párrafo de este trabajo para tal día, y luego escribir el segundo párrafo y trabajar en el primer tema para otro día, puedo hacerlo. Puedo hacer las tareas más pequeñas, pero no dividirlas yo misma. Me cuesta saber cómo dividir bien un trabajo, porque no es algo que puedo hacer espontáneamente. En lo personal, no me gustan las listas de verificación, porque son solo una lista gigante de cosas que tengo que hacer y, como no puedo dividirlas por prioridad, tiendo a evitarlas lo más que puedo.

Calcular el tiempo

Para ayudar a los estudiantes a administrar su tiempo, los maestros pueden enseñarles a calcular el tiempo que les llevará terminar una tarea. Esto se puede lograr siguiendo los siguientes pasos enumerados.

1. Pedir a los estudiantes que calculen cuánto tiempo creen que tardarán en terminar una tarea específica (por ejemplo, leer una sección del texto y responder a seis preguntas de comprensión; resolver diez problemas de matemáticas; ir a la biblioteca a sacar un libro; etc).

   Nota: Es conveniente dividir las tareas, en especial los proyectos grandes, en partes más pequeñas y manejables. A los estudiantes que no tienen buenas habilidades de organización, es probable que un proyecto grande, como un informe sobre un libro o un trabajo de fin del período escolar, les parezca una sola tarea monumental. Tal vez no saben que la tarea gigantesca se puede dividir en una serie de pasos más pequeños, que la hagan mucho más manejable y menos intimidante. Para ayudarles con este proceso, los maestros pueden tener la costumbre de dividir las tareas grandes en una serie de pasos más pequeños, y dar a los estudiantes una lista de esos pasos, o bien pueden enseñarles a dividir las tareas por su cuenta (es decir, a hacer un análisis de tareas). (Ver el siguiente ejemplo.)

2. Pedir a los estudiantes que hagan la tarea para que puedan determinar cuánto tiempo les llevó realmente.
3. Analizar los resultados con los estudiantes.
   • Resaltar las diferencias entre el tiempo estimado y el tiempo real.
   • Explicar por qué los cálculos de algunos estudiantes podrían ser distintos. Por ejemplo, es probable que algunos escriban más rápido o que sean mejores para las matemáticas.
4. Explicar la importancia de calcular el tiempo con precisión. Por ejemplo, si no calculan el tiempo suficiente que tardan en conducir para ir al cine, comprar el boleto y buscar asientos, podrían perderse parte de la película. Si calculan un tiempo excesivo, es probable que tengan que esperar un largo rato a que empiece la película.
5. Para darles la oportunidad de practicar este proceso, pedir a los estudiantes que piensen en el próximo trabajo que les vayan a asignar. Pedirles primero que hagan un análisis de tareas y que calculen cuánto tardarán en terminar cada paso. (Ver el siguiente ejemplo). Luego, el maestro y los estudiantes deben exponer y explicar los tiempos que calcularon. El maestro resaltará los cálculos poco realistas y ayudará a los estudiantes a hacer cálculos más objetivos. Cabe insistir en que el maestro debe indicar que los cálculos de cada uno pueden ser distintos, y que ese tipo de diferencia es perfectamente normal.

Ejemplo de un análisis de tareas con cálculos de tiempo

Cuando los estudiantes se sientan agobiados por la idea de terminar un trabajo grande o por el tiempo que les llevará, los maestros pueden asegurarles que podrán terminar la tarea si programan tiempo para cada uno de los pasos. (Ver el vínculo Programar el tiempo.)

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Programar el tiempo

Una vez que los estudiantes aprendan a calcular el tiempo que tardan en terminar una tarea, se les debe enseñar a programar su tiempo. El maestro les puede mostrar cómo usar los cálculos de tiempo para hacer programas. A continuación, se describen dos métodos. Aunque para los estudiantes es fácil implementar el primero, el segundo podría ser más conveniente porque les da una idea mejor de cuándo deben empezar a trabajar en el proyecto.

Ejemplo de un análisis de tareas con cálculos de tiempo

Un método mejor es pedir a los estudiantes que usen un calendario y programen hacia atrás. Es decir, los estudiantes empiezan considerando la fecha de entrega o un poco antes, y van programando las tareas, lo cual les dará una mejor idea de cuándo deben empezar a trabajar en el proyecto. Cuando enseñen este método, los maestros deben explicar que es conveniente incluir un poco más de tiempo en caso de que surja algo imprevisto. También deben mostrar cómo tomar en cuenta actividades o sucesos externos (por ejemplo, un viaje de familia, entrenamientos de fútbol, un trabajo a tiempo parcial, etc.) para que los estudiantes entiendan que estos se deben incluir al planificar. El siguiente ejemplo es el calendario (o programa) que preparó un estudiante a quien se le asignó un trabajo de investigación.

Aunque el método y el ejemplo anteriores describen y muestran cómo crear un programa para trabajar en un proyecto grande, para muchos estudiantes es una gran ventaja tener calendarios semanales o diarios (ver abajo el ejemplo de un calendario semanal). Cuando preparan un calendario semanal o diario, los estudiantes deben recordar incluir actividades como:

• Un tiempo específico para estudiar (de una hora o más preferentemente)
• Pausas breves de descanso después de cada hora de estudio
• Actividades recreativas
• Varias noches de estudio para un examen, en lugar de tratar de estudiar todo la noche anterior

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Seguir el calendario

Programar sencillamente el tiempo para las actividades diarias o semanales o para terminar los proyectos no sirve de mucho si los estudiantes no siguen su calendario. Para que sea de utilidad, el calendario se debe revisar continuamente. También podría ser muy útil hacer una lista de pendientes que complemente el calendario, algo que les sirva para señalar las actividades específicas que deben terminar cada día. Un ejemplo de este paso es el siguiente calendario de un estudiante para el lunes y martes. Se observa que en la lista complementaria de pendientes figuran tareas concretas (como terminar los problemas de matemáticas, leer historia, estudiar para la prueba de español, etc.).

Si un estudiante está trabajando en un proyecto grande o en una tarea a largo plazo, como un trabajo de investigación, debe supervisar su avance usando su calendario para revisar cuánto ha logrado terminar. Así sabrá si está avanzando según lo programado, si va retrasado o incluso adelantado, y eso le indicará si necesita dedicarle más tiempo (si va atrasado). Cuando enseñan a los estudiantes a seguir sus calendarios, es importante que los maestros les muestren cómo hacer ajustes si se retrasan o si surgen circunstancias imprevistas.

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