Transcripción: Alfredo Artiles, Ph.D.
Escuche mientras Alfredo Artiles describe un ejemplo que ilustra por qué las medidas deben ser culturalmente válidas (tiempo: 1:15).
En los años setenta, había una serie de estudios que se hizo en África sobre el alfabetismo y el impacto de la educación en el desarrollo cognoscitivo. Se le pidió a la gente clasificar diferentes términos y construcciones. Los investigadores no necesariamente estaban recibiendo los tipos de respuestas que esperaban de los participantes para evaluar el desarrollo cognoscitivo porque la manera en que tratarán o enfrentarán los asuntos de clasificación se basó en una dimensión o en maneras completamente diferentes de definir categorías.
Cuando adaptaron esas pruebas, y lo hicieron de una forma que era más relevante a las prácticas diarias de esos individuos, entonces esos participantes pudieron mostrar un uso altamente sofisticado de las habilidades cognoscitivas que tenía sentido en cuanto a sus propias rutinas y prácticas culturales. Entonces, ¿hasta qué punto estaban de verdad recibiendo puntajes bajos, en primer lugar, como resultado de cómo el instrumento fue diseñado sin prestar atención a esas consideraciones culturales? Esos simplemente son asuntos muy sutiles a los cuales nunca prestamos atención, y simplemente asumimos que nunca tenemos que cuestionar las suposiciones incrustadas en la construcción de la prueba.