¿Cómo pueden los profesores elaborar un plan de manejo de la conducta en el salón de clases?

Transcripción: Andrew Kwok, PhD

Estrategias para asegurarse de que las reglas sean culturalmente sostenible

Algo que los profesores pueden hacer es dedicar tiempo a definir diferentes palabras. Por ejemplo, la palabra “respeto”, ¿qué significa para cada persona y cómo se pueden compartir y encapsular esas diferentes definiciones dentro de una regla específica? Una persona puede definir el respeto como mantener las manos y los pies quietos, mientras que otro estudiante puede definirlo como no hablar a la par del profesor. De esta forma, se pueden escuchar todas las creencias de los estudiantes y crear algo que sea lo suficientemente completo como para que todos los estudiantes se sientan escuchados en todo momento. Otra palabra podría ser “participación”. ¿Qué significa participar para estos estudiantes? Algunos estudiantes pueden querer gritar sus respuestas. Otros, levantar las manos. Por lo tanto, se puede proporcionar espacios para que cada uno de esos tipos de estudiantes puedan participar en la actividad sin perjudicar a los demás y encontrar acuerdos en todo momento que permitan que todos los estudiantes se sientan como si estuvieran en un entorno de aprendizaje seguro para que puedan aprender y desarrollarse tanto como sea posible. Los estudiantes a menudo solo quieren ser escuchados, y creo que el profesor tiene la obligación de brindarles la voz en el salón de clases y poder crear un entorno basado en sus necesidades, en lugar de centrarse específicamente en lo que el profesor quiere lograr.

Transcripción: Andrew Kwok, PhD

Estrategias para asegurarse de que las reglas no estén sesgadas por la cultura

A menudo, veo reglas que están sesgadas cuando definen estructuras de una sola manera, ya sea la idea de participación, aprendizaje, respeto o interacciones. Solo cuando el profesor toma en cuenta a los estudiantes y piensa en diferentes formas de lograr las cosas, entonces considero que todo es un poco más culturalmente considerado. Los profesores novatos en particular quieren establecer un tipo de autoridad, un tipo de control. Para hacer eso, los estudiantes deben seguir una manera de hacerlo. A menudo, esa manera implica estar en silencio, tranquilos en su escritorio, y solo escuchar las instrucciones del profesor y ser el que delega la información. Puede ser más fácil en el sentido de que están tranquilos y en silencio, y es lo que el profesor siempre había imaginado. Sin embargo, el hecho de que estén en silencio no significa que los estudiantes estén aprendiendo. Deben pensar realmente en qué es lo que los estudiantes necesitan para que les vaya bien y se interesen en el material. Creo que los estudiantes pueden expresar lo que necesitan para participar y aprender. Pero si tiene la oportunidad es importante preguntarles qué se necesita para que otros en el salón de clases aprendan, para que puedan dejar de pensar en sí mismos y realmente considerar a sus compañeros y poder reconocer que la mayoría de los estudiantes son bastante honestos en decir: “Bueno, sé que necesito esto, pero sé que otras personas pueden necesitar algo un poco diferente”. Entonces, ¿hay alguna manera de unir y llegar a un acuerdo con ese tipo de diferencias? Otra forma sería hacer que el profesor considere ciertos momentos que priorizan ciertas estructuras y otros momentos que priorizan otras estructuras. Entonces, respecto a la idea de participar en el salón de clases, a algunos estudiantes les gusta gritar las respuestas porque están muy emocionados de que la saben y simplemente no pueden esperar, a diferencia de otros que quieren la oportunidad de levantar la mano y poder ser llamados. Creo que hay valor en ambos estilos, pero hay un momento y un lugar para cada uno. Por lo tanto, el profesor puede adelantarse a las lecciones o debates y decir: “En este momento, solo aceptaremos levantar la mano” o “En este momento, solo quiero escucharlos gritar las diferentes respuestas”. Eso permite que los estudiantes puedan sentirse aceptados en ciertos lugares. El profesor también tiene la oportunidad de compartir con los estudiantes las ventajas y desventajas de ambos tipos de modalidades, porque en cierta medida, los estudiantes necesitan poder entender estas diferentes estructuras. Necesitan ser capaces de reconocer que ciertas acciones son apropiadas y otras, no tanto. Ser capaces de trabajar entre diferentes entornos puede equipar a los estudiantes para que les pueda ir bien en múltiples contextos, pero también reconocer el valor de los diferentes tipos de participación en este ejemplo para que puedan seguir desarrollándose como aprendices.

Transcripción: Lori Jackman, EdD

Cuando estaba en el salón de clases, una de las cosas que habría publicado en cada pared era una lista de las reglas, expresadas de manera positiva. Si hubiera alguien que estuviera siguiendo de forma excepcional alguna de las reglas, podría decir: “Tal y tal están haciendo un gran trabajo con la regla número dos. Están siguiendo las instrucciones y están concentrados en su tarea”, y podría simplemente tocar y señalar el cartel para recordarles lo que están haciendo bien. Pero también podría usarlos para decir “Oigan, clase, echemos un vistazo a la regla número tres. ¿Qué se supone que debemos estar haciendo? Así es. Sigamos concentrados en la tarea”. Y podría sutilmente, mientras camino por el salón y según fuera necesario, señalarla para recordarles lo que están haciendo, lo que quiero que sigan haciendo o qué es lo que deberían comenzar a hacer para concentrarse de nuevo en la tarea.

Transcripción: KaMalcris Cottrell

Creo que es importante establecer reglas a principios de su año escolar y mantener una base coherente para estas reglas. Esto crea un entorno de aprendizaje eficaz al establecer expectativas y estructuras sobre cómo fluirá y procederá la clase. Tengo algunas reglas que son básicas, pero les doy a mis estudiantes la oportunidad de compartir lo que quisieran que sucediera en nuestro salón de clases, las formas en que podemos ser respetuosos y responsables, y hacemos una lista de todo. Esto les permite a los estudiantes tener una conversación. Si Johnny dice: “Oh, creo que deberíamos masticar chicle en la escuela. No creo que eso deba estar en contra de las reglas”. Sally podría decir: “Bueno, si masticamos chicle en la escuela, ¿qué pasa si se nos cae de la boca y se atasca en un escritorio o en los zapatos?”. Lo cual permite tener una conversación de ventajas y desventajas entre compañeros, y creo que es excepcional ya que ambos tienen puntos válidos. Así que hablamos de eso como clase y decimos: “Bueno, como escuela, la regla es que no podemos masticar chicle”, y así se abordan los problemas de seguridad y limpieza. Así que estamos de acuerdo en no comer chicle en la escuela, pero me encantan las oportunidades que surgen cuando los estudiantes dan sus sugerencias y otros están de acuerdo o no. Hablamos también de que está bien no estar de acuerdo, pero lo haremos con respeto, y si tienen algo que decir, no tenemos que estar de acuerdo. Te respetamos, pero no tenemos que estar de acuerdo con tu declaración, como con el incidente del chicle. Esto les da a los estudiantes sentido de pertenencia del salón de clases en el que van a estar todo el año. Así que están estableciendo estas expectativas. Hago que las cumplan. Y, por supuesto, me aseguro de que se incluyan las fundamentales, pero hacen un gran trabajo cubriendo la mayoría de ellas. Esto nos da una mejor oportunidad para decir: “Acordamos que vamos a hacer esto. ¿Estás haciendo esto ahora mismo? Tómate un minuto y piénsalo”, y lo dejaré así porque tienen la oportunidad de ver las reglas que están en nuestro salón colgadas en la pared. Las escribimos de forma atractiva y grande como un recordatorio. Es una redirección más fácil, incluso podría ser no verbal, lo que es aún mejor porque así todo sigue fluyendo. No hay interrupciones.

Transcripción: Ashley Lloyd

Las reglas del salón de clases son la clave para mantener un entorno de aprendizaje eficaz. Cuando los niños saben lo que se espera de ellos, presentar y enseñar las reglas del salón de clases es un proceso de varios pasos en mi salón. Siempre comienza con la enseñanza explícita de las reglas a través de palabras e imágenes y luego nos tomamos un tiempo para el juego de roles, y eso incluye ejemplos a seguir y a no seguir. Así que nos aseguramos de que todos entiendan lo que es apropiado y lo que no. Luego pasamos a los pasos de la práctica guiada donde los niños son guiados a través de las reglas y expectativas, y luego recompensados​ por esas pequeñas cosas, ya sea chocando los cinco o dándoles tiempo extra afuera porque todos se dieron cuenta de esa regla. Pero realmente es importante darles esa práctica guiada. Nos aseguramos de responder a estas cosas después de cada transición, cada vez que tomamos un descanso. Todos los lunes, cuando volvemos, los niños necesitan que se les enseñe. Así que nos aseguramos de hacer un repaso de todo y de que las expectativas sean visuales y estén publicadas en todo momento para que siempre se puedan consultar. Invierto tiempo en enseñar las reglas porque en realidad ahorra mucho tiempo durante todo el año. Si los niños saben lo que se espera de ellos y podemos poner manos a la obra, no tenemos que tomarnos el tiempo para detenernos, analizarlas de nuevo y volver a concentrarnos en la tarea, ya que todos ya saben lo que se espera de ellos.