¿Qué estrategias pueden aplicar los educadores para prevenir o abordar los comportamientos problemáticos?
Página 1: Estrategias para abordar los comportamientos problemáticos
No es de extrañar que los educadores se sientan abrumados cuando se enfrentan a comportamientos problemáticos en sus aulas. De hecho, tanto los educadores nuevos como los experimentados afirman que una de las dificultades más comunes con las que se encuentran es el manejo de las conductas desafiantes de los estudiantes. Las conductas desafiantes o los comportamientos problemáticos se describen a menudo como inapropiados, agresivos o incluso destructivos y pueden variar desde comportamientos menores (por ejemplo, evitar tareas, negarse a trabajar, discutir) a comportamientos más graves (por ejemplo, amenazar a otros, dañar la propiedad ajena, dañar la propiedad escolar).
Cuando estos comportamientos no se abordan adecuadamente, los estudiantes, los educadores y el entorno del aula se ven afectados negativamente. Los efectos pueden ir desde la pérdida de tiempo lectivo y la disminución del rendimiento académico hasta el estrés, la frustración y el agotamiento de los educadores. La buena noticia es que todos los educadores pueden aprender a controlar estos comportamientos.
Antes de empezar a abordar los comportamientos problemáticos, los educadores deben comprender que la mayoría de los estudiantes que constantemente exhiben comportamientos problemáticos típicamente progresan a través de un proceso de siete etapas conocido como el ciclo de la conducta desafiante. A medida que los estudiantes avanzan en este ciclo, los comportamientos menores, que pueden haber pasado desapercibidos en una clase ajetreada, pueden convertirse rápidamente en comportamientos más graves. Para abordar este tipo de conductas, los educadores pueden utilizar estrategias de baja intensidad, es decir, prácticas fáciles de aplicar que requieren un mínimo de tiempo y preparación. Mediante la aplicación de estas estrategias, los educadores pueden:
- Intervenir en una fase temprana del ciclo de la conducta desafiante
- Evitar que se agraven los comportamientos problemáticos
- Controlar con éxito los comportamientos problemáticos en el futuro
La investigación indica
- Muchos educadores creen que carecen de las habilidades para controlar un aula y no se sienten preparados para abordar los comportamientos problemáticos de una manera productiva y basada en la evidencia.
(Flower et al., 2017; Griffith & Tyner, 2019; Oliver & Reschly, 2007) - Se ha demostrado que los comportamientos problemáticos de los estudiantes, según lo informado por los docentes, está relacionado con el agotamiento emocional (un componente clave del agotamiento) y la reducción del entusiasmo en el trabajo.
(Aldrup, Klusmann, Lüdtke, Göllner, & Trautwein, 2018) - Los docentes pueden implementar estrategias de baja intensidad para abordar eficazmente los comportamientos problemáticos y facilitar el compromiso académico.
(Wehby & Lane, 2019)
Cuando se aplican con eficacia, estas estrategias de baja intensidad no solo limitan los comportamientos problemáticos, sino que también crean un entorno de aprendizaje productivo y seguro en el que los estudiantes son capaces de tener éxito académico, social y emocional. Este módulo se centrará en las seis estrategias de baja intensidad resaltadas en la tabla de abajo. También describe el refuerzo diferencial de conductas alternativas (DRA) que puede utilizarse para manejar los comportamientos problemáticos. Estas estrategias pueden ser fácilmente implementadas por educadores (por ejemplo, docentes de educación general y especial, paraeducadores, maestros de educación física, maestros de música).
Estrategias de baja intensidad | Definición |
Elogios ante un comportamiento específico | Dirigir una declaración positiva hacia un estudiante o grupo de estudiantes que reconozca un comportamiento deseado en términos específicos, observables y medibles. |
Corrección previa | Determinar cuándo tienden a producirse los comportamientos problemáticos y, a continuación, introducir cambios en el entorno del aula o proporcionar apoyos a los estudiantes tanto para evitar que se produzcan esos comportamientos como para facilitar un comportamiento adecuado. |
Supervisión activa | Supervisar frecuente e intencionadamente a los estudiantes, durante los periodos de enseñanza y no educativos, para reforzar las expectativas de comportamiento y anticipar o prevenir comportamientos no deseados. |
Solicitudes de alta probabilidad (alta-p) | Realizar una serie de solicitudes a las que un estudiante tiene muchas probabilidades de responder (solicitudes de alta-p) antes de dar una solicitud a la que el estudiante responde con poca frecuencia o nunca (solicitud de baja-p) para aumentar la capacidad del estudiante de cumplir las expectativas. |
Oportunidades para responder (OTR) | Dar a los estudiantes oportunidades frecuentes de responder a preguntas o indicaciones en un tiempo determinado para fomentar y reforzar la participación y el compromiso de los estudiantes. |
Posibilidad de elegir | Ofrecer opciones estructuradas para facilitar la capacidad del estudiante de seguir una instrucción o una solicitud de comportamiento. |
Refuerzo diferencial | Definición |
Refuerzo diferencial de conductas alternativas (DRA) | Reforzar un comportamiento alternativo positivo que sustituya al comportamiento no deseado o problemático. |
Puede encontrar más información sobre muchas de estas estrategias en el sitio web de Ci3T: https://www.ci3t.org/PL
Todas las estrategias mencionadas en la tabla anterior tienen un objetivo similar: reducir los comportamientos problemáticos y fomentar las conductas deseadas. Por esta razón, muchas de estas estrategias pueden utilizarse para tratar el mismo comportamiento problemático. A menudo, es cuestión de lo que al docente le resulte fácil aplicar en una situación determinada y de lo que funcione mejor para abordar el comportamiento del estudiante.
Si aún no lo ha hecho, le recomendamos que visite el primer Módulo IRIS de esta serie para aprender más sobre el ciclo de la conducta desafiante:
Para tener en mente
Mientras aprende a aplicar estas estrategias de baja intensidad y refuerzo diferencial, no estará solo. Puede buscar el apoyo de otras personas, como:
- Educadores mentores
- Educadores especiales
- Equipo de apoyo conductual
- Especialistas en conducta
- Directivos
- Consejeros escolares
- Psicólogos escolares
sistema de apoyo de múltiples niveles (MTSS)
Un marco preventivo que integra la enseñanza de alta calidad, la evaluación (es decir, la revisión universal y la supervisión del progreso), niveles cada vez más intensivos e individualizados de intervención educativa o conductual y la toma de decisiones basada en datos para abordar las necesidades de todos los estudiantes, incluidos aquellos con dificultades y con discapacidades. Dos ejemplos de MTSS son la respuesta a la intervención (RTI) y las intervenciones y apoyos conductuales positivos (PBIS).
Intervenciones y apoyos conductuales positivos (PBIS)
Un marco de tres niveles (es decir, primario, secundario y terciario) que proporciona apoyos y servicios continuos, diseñados para promover comportamientos apropiados y para prevenir y abordar comportamientos problemáticos.
prácticas basadas en la evidencia
Un amplio número de habilidades, técnicas o estrategias específicas cuya eficacia se ha demostrado mediante investigación experimental o estudios de campo a gran escala. No debe confundirse con un programa basado en evidencia.
Sistemas escalonados
Las escuelas que implementan un sistema de apoyo de múltiples niveles (multi-tiered system of supports, MTSS) están mejor preparadas para apoyar a los educadores que pueden estar luchando para hacer frente a los comportamientos problemáticos en su salón de clases. Las Intervenciones y apoyos conductuales positivos (Positive Behavioral Interventions and Supports, PBIS) son un sistema de apoyo de múltiples niveles diseñado para apoyar la salud conductual, académica, social, emocional y mental de los estudiantes. Las PBIS proporcionan claridad y orientación sobre lo que los educadores necesitan saber y qué prácticas basadas en la evidencia (evidence-based practices, EBP) pueden utilizar para apoyar a los estudiantes en los niveles 1 (para todos), 2 (para algunos) y 3 (para unos pocos) de prevención.
Las seis estrategias de baja intensidad enumeradas en la tabla anterior pueden utilizarse como apoyos de Nivel 1 para aumentar el compromiso y minimizar los comportamientos problemáticos para todos los estudiantes. Sin embargo, como aprenderá en este módulo, también pueden utilizarse como apoyo específico (Nivel 2) para estudiantes con comportamientos problemáticos, aumentando su intensidad o frecuencia. Además, este módulo cubrirá el refuerzo diferencial de conductas alternativas, que a menudo se utiliza como parte del apoyo de Nivel 2 para estudiantes individuales.
Para los estudiantes que necesitan apoyos individualizados más intensivos (Nivel 3) visite el siguiente Módulo de IRIS:
Para conocer los dos modelos de sistemas escalonados de apoyo, visite los siguientes centros.
Center on Positive Behavioral Interventions & Supports (PBIS)—Como se mencionó anteriormente, el PBIS es un marco que proporciona sistemas fundacionales e identifica prácticas clave de Nivel 1, Nivel 2 y Nivel 3 para mejorar los resultados académicos y conductuales. Los resultados van desde la mejora de la competencia social y emocional de los estudiantes y su éxito académico hasta la mejora de la salud y el bienestar de los docentes.
The Comprehensive, Integrated Three-Tiered Model of Prevention (Ci3T) ofrece un modelo integrador que incorpora apoyos académicos y de comportamiento, con la adición de apoyos para abordar el bienestar social y emocional.
Prácticas de alto potencial
Las prácticas destacadas en este módulo se alinean con las prácticas de alto potencial (high-leverage practices, HLP) en educación especial, prácticas fundamentales que han demostrado mejorar los resultados de los estudiantes con discapacidades. Más específicamente, estas prácticas se alinean con lo siguiente:HLP7: Establecer un entorno de aprendizaje coherente, organizado y respetuoso.
HLP8: Realizar comentarios positivos y constructivos para guiar el aprendizaje y el comportamiento de los estudiantes.
HLP18: Utilizar estrategias para promover la participación activa de los estudiantes.
Las HLP, que todos los docentes de educación especial deberían aplicar, se dividen en cuatro áreas: colaboración, evaluación, prácticas sociales/emocionales/de comportamiento y enseñanza. Para más información sobre las HLP, visite Prácticas de alto potencial en educación especial (en inglés).