¿Cómo pueden los educadores reconocer e intervenir cuando el comportamiento del estudiante se intensifica?

Transcripción: Fase de pico

Maestro: ¿Alguna pregunta más? Si no, vamos a empezar con el calentamiento de hoy.

Nora: [empuja la silla] ¡Es tan molesto! ¡Odio esta clase!

Maestro: [A otro estudiante] Llévale esto a la Sra. Chen, por favor.

Maestro: [A la clase] Clase, vamos a formarnos en la puerta e ir al lado, al aula de la Sra. Chen, como hemos practicado.

[Comentario de Johanna Staubitz]

Para su gran mérito, el Sr. Santini se da cuenta relativamente rápido de que el comportamiento de Nora ha alcanzado el nivel pico o de crisis. Y lo sabemos porque ahora se ha vuelto perturbadora y agresiva hacia la propiedad. En ese momento, la prioridad de un docente es mantener la seguridad de todos. Así que lo que el Sr. Santini hace, como puede verlo aquí, es entregar una tarjeta de crisis que comunica a un docente cercano que va a absorber su clase por un tiempo, mientras que la situación se pone bajo control. Así que un estudiante se la lleva a otro docente y luego la clase se retira, y observará que lo hacen de forma ordenada, lo que sugiere que ya han practicado esto antes. Así que una parte realmente importante de cualquier plan de manejo del aula es enseñar y hacer que los estudiantes practiquen, y yo lo considero parte de la enseñanza, qué hacer en una crisis o un plan de seguridad o de crisis. Se llama de distintas maneras en distintos lugares.

Así que un plan de seguridad o de crisis, al enseñarlo, ya sabes, el Sr. Santini no necesitaba decir: “Si Nora o Jordan o algún otro estudiante en el aula se pone peligroso, esto es lo que harán”. Hay muchos escenarios en los que algo así puede ser útil, incluso un simulacro de incendio, ¿verdad? Así que tenemos que enseñar procedimientos para que los estudiantes salgan del aula de forma segura, y así lo hacen. Y, de nuevo, es importante que las cosas se enseñen con antelación. Después de que eso suceda, verás que el Sr. Santini le da a Nora un poco de espacio; no se acerca a ella, solo espera. Sigue en el aula, aunque la clase se haya ido al aula de otro docente.

Pero no interactúa con Nora y lo que ella hace es que su comportamiento decae. Deja de dar patadas y de empujar cosas, y al final se sienta en el suelo.

Transcripción: Kathleen Lane, PhD

La consideración primordial durante esta fase de pico del ciclo de la conducta desafiante es mantener la seguridad del estudiante que está actuando, así como la de los demás estudiantes que están en el aula, la del docente y la de los demás adultos, para garantizar que nadie resulte herido. Para ello, lo primero que tenemos que hacer es determinar cuál va a ser el plan mucho antes de que esto ocurra, idealmente antes del primer día de clase. En algunas escuelas, los estudiantes que están en control se ponen en fila fuera del aula y esperan en la puerta. Y a menudo llamarán a un vicedirector o a otra persona que se ocupe de los comportamientos problemáticos para que venga y se lleve al estudiante que está teniendo este comportamiento pico. Así que hay una variedad de métodos diferentes que se pueden utilizar. Y lo que es importante para el docente antes del primer día de clases es averiguar cómo quiere el conjunto de líderes de su escuela que responda a ese tipo de problemas. ¿El objetivo es mantener a todos los estudiantes en el aula? ¿El objetivo es expulsar al estudiante que se está comportando mal? ¿Tienen una política de expulsión en la que envían al estudiante a suspensión en el campus o llaman por teléfono a los padres? La desventaja de esto, sin embargo, es que se puede reforzar involuntariamente este comportamiento realmente indeseable. Si expulsas a un estudiante, puedes estar enseñándole [risas] que, si se porta lo suficientemente mal, puede escapar de la clase o de estas tareas o deberes. Y si el objetivo concreto de ese estudiante es salir de una situación en la que no se siente cómodo porque no puede o no quiere hacer estas actividades o lo que sea que esté sucediendo en clase, corremos el riesgo de reforzar un comportamiento muy inadecuado.

Así que tenemos que tener cuidado. Debemos pensar qué es lo que el niño intenta conseguir o evitar cuando está en ese comportamiento pico. Queremos superar esta fase de pico lo antes posible y salir de ella para poder restablecer el entorno, recuperarnos, hablar con el estudiante y retomar el camino de la enseñanza. Pero tenemos que mantener la seguridad de todos.

Transcripción: Pamela Glenn

Los estudiantes saben que mi primera y principal función es que prometí a los padres que los mantendría a salvo. Si tengo que sacar a 23 estudiantes de la clase para que el 24 pueda calmarse, eso es lo que hacemos. Estoy pensando en un par de casos en los que un estudiante ha estado tirando muebles, y lo primero que voy a hacer es sacar a todo el mundo del aula, ya saben, nos vamos. Creo que lo importante es mantener la calma para que los estudiantes mantengan la calma, y el estudiante que está actuando también está tranquilo, dentro de su crisis. Y me voy a poner entre los otros estudiantes y el alumno. Pienso en los pocos casos en los que eso ha sucedido, y los niños se van rápidamente del aula. Yo recomendaría a los docentes que se hicieran amigos de un colega, de modo que, si necesitan un tiempo de descanso, envíen [risas] a Johnny fuera un minuto, para poder calmarse. Porque a veces no se trata de que el estudiante se calme, sino de que se calme el docente. He hecho que los estudiantes salgan y vayan a la clase de al lado para que yo pueda volver y vigilar, y entonces llamas a la dirección y alguien vendrá. Por lo general, en los casos en los que he vivido esta situación, una vez que se alcanza el punto máximo, el estudiante está dispuesto a calmarse. Ya han tirado la silla, no piensan racionalmente. Una vez que la silla ha salido de su mano o la mesa ha salido de su mano o el lápiz ha salido de su mano, inmediatamente piensan: “Oh, Dios mío, ¿qué he hecho?”. Y luego suelen seguir las lágrimas, el remordimiento o incluso la vergüenza. No he experimentado que sea algo que se mantenga. Ha sido un incidente aislado, seguido de “no debería haber hecho eso”. Si lo han dicho o no, te lo dicen físicamente o te lo dicen con sus palabras. Entonces se trata de mantener a todo el mundo alejado. No vamos a preocuparnos de por qué ocurre en ese momento. Solo vamos a ponerlos a salvo. Vamos a sacarlos de aquí. “¿Necesitas hablar conmigo? ¿Necesitas hablar con el orientador? ¿Con quién quieres hablar que te lleve de vuelta a ese lugar seguro?”.

Si alguien tiene un pico y no está causando daño físico a todos los demás, entonces el resto del aula sabe: “No, lo estamos ignorando”. Y esa es una habilidad realmente difícil de enseñar a los niños, especialmente a los más pequeños. Sin embargo, si lo haces desde el primer día; se los digo a los estudiantes todo el tiempo, si lo alimentas, crecerá. Así que, cuando el estudiante que busca esa atención se levanta y a veces hace picos porque no está recibiendo ninguna atención, lo ignoras. Miras para otro lado. Giras tu cuerpo para otro lado. Todo eso, solo ignóralo.

Transcripción: Janel Brown

Ha habido ocasiones en las que ha llegado un punto en el que la docente y los estudiantes se habían tenido que retirar. Ella se quedaría de pie en la puerta, pero los niños estarían fuera; y ella estaría de pie en la puerta porque no podía dejar a ninguno de los dos grupos solos: estos estudiantes o el alumno con comportamiento problemático. Así que ella tenía un patio justo aquí para que los niños pudieran sentarse, pero el alumno que estaba en ese punto estaba en el aula. Y una vez llegamos allí y vimos clavos volando, tijeras volando, porque él encontró una manera de hacerlas estallar. Así que las tijeras se convirtieron en frisbees. Pero, te quedas ahí y si no alimentas lo que el niño está haciendo, finalmente se calmará lo suficiente como para que alguien pueda hablar con él. Y entonces, en ese momento, “Vale, Johnny, ¿estás preparado para contarme lo que ha pasado?”. A veces lo harán. A veces no.

Tuvimos otro niño que, cuando no se salía con la suya, en su fase pico era extremadamente ruidoso, gritaba a pleno pulmón hasta quedarse afónico, cuando terminaba. Solo gritaba, vociferaba, maldecía: “Te odio. Déjame en paz”. Y tú solo te quedas ahí. Pero, como he dicho antes, si no alimentas ese estado cuando está diciendo todo esto, simplemente te quedas ahí y los miras y escuchas, cuando ve que no vas a reaccionar a su comportamiento, se calma. No tienes que decir nada. No tienes que hacer nada porque él no recibe esa atención. Lo hace con un docente porque sabe que el docente le dirá: “Scotty, no hagas esto” o “Scotty, no puedes hacer esto”. Es una reacción normal. Pero nosotros nos quedamos mirando y, cuando se calma, le decimos: “¿Has terminado?” y “¿Qué ha pasado? Explícanos qué ha pasado. ¿Cómo podrías haber hecho esto o aquello de otra manera? ¿Comprendes la destrucción en tu clase? Ahora nadie está aprendiendo. ¿Cómo te hace sentir eso?”