¿Qué deben entender los profesores acerca del manejo eficaz de la conducta en el salón de clases?
Página 4: Principios clave del manejo de la conducta en el salón de clases
Hemos establecido que el manejo integral de la conducta en el salón de clases es un componente esencial de la instrucción de alta calidad. También hemos determinado que la cultura puede tener una poderosa influencia en la conducta. Ahora concentrémonos en su aplicación eficaz. Los principios clave descritos en esta página son herramientas esenciales que todo profesor debe adoptar, practicar y refinar. Haga clic en cada principio a continuación para más información.
¡Esté preparado! Antes de que comience la escuela, los profesores deben planificar la manera en que manejarán la conducta de los estudiantes. Quienes lo hacen tienden a ver menos problemas de conducta durante el año escolar. Dedique algún tiempo a identificar situaciones, eventos e incluso acciones específicas que puedan provocar conductas disruptivas y crear estrategias para anticiparse a estas y tratarlas. Por ejemplo, la Srta. Rollison piensa que sus estudiantes pueden mostrarse energéticos y disruptivos al entrar en el salón de clases. Para tratar este problema, ella publica una actividad en el tablero que sus estudiantes deben completar antes de que comience la clase. Esto no solo previene la potencial conducta disruptiva, sino que también ayuda a los estudiantes a prepararse para la instrucción.
Escuche a Melissa Patterson hablar de los beneficios de planificarse de antemano.
Transcripción: Melissa Patterson
Como profesora veterana, comenzar cada año con una idea de cómo quiero que mi salón de clases funcione o el plan que tengo para regular la conducta en el salón de clases me ayuda a sentirme más cómoda para comenzar el año. Cuando era profesora novata, me ponía muy nerviosa e incómoda, pero no es solo la experiencia, sino también saber que ha funcionado en el pasado, saber que comenzar con esa sólida base y la manera en que eso afecta al salón de clases, el entorno de aprendizaje, la comodidad de los estudiantes, no solo la mía, me hace sentir confiada independientemente de lo que voy a enseñar. Y creo que establece un salón de clases en el que los estudiantes son más competentes. Yo enseño a alumnos de 9th y 10th grados, y llegan asustados. No saben qué esperar. Por lo que si entran en un salón de clases que ya tiene un plan trazado que el maestro ya sabe que puede ser exitoso, creo que les da ese nivel de comodidad para llegar y realmente aprender.
Para tener en mente
Es importante que todas las partes interesadas implicadas (por ejemplo, paraprofesionales, proveedores de servicios relacionados, miembros de la familia) conozcan el sistema integral de manejo de la conducta impuesto en el salón de clases. Los estudiantes que reciben un mensaje coherente independientemente de quién lo dé y dónde se dé en el entorno escolar son más propensos a entender las expectativas y consecuencias de sus conductas.
Muchos estudiantes han visto respuestas no coherentes e impredecibles de los adultos cuando exhiben conductas apropiadas e inapropiadas. Por esta razón, los estudiantes a menudo ven las consecuencias de sus conductas como algo al azar y no relacionadas con sus acciones. Al responder a la conducta del estudiante de una manera clara, coherente y oportuna, los profesores pueden hacer conexiones explícitas y predecibles entre la conducta del estudiante y las respuestas de los profesores. Esto ayuda a los estudiantes a ser más responsables de sus acciones, lo que a su vez trae como resultado menos casos de conducta disruptiva.
Escuche a Michael Rosenberg hablar de la importancia de ser coherente en el salón de clases.
Michael Rosenberg, PhD
Profesor, Educación Especial, SUNY New Paltz
Profesor Emérito, Johns Hopkins University
(tiempo: 2:00)
Transcripción: Michael Rosenberg, PhD
Ser coherente en los salones de clase es importante por varias razones, pero una de las razones principales es que ayuda a crear un salón de clase cortés y confiable al que los estudiantes responden. Y en cierto sentido, es donde los estudiantes pueden confiar en los profesores que hacen lo que dicen que van a hacer. Y crear ese tipo de confianza crea ese entorno positivo en el salón de clases en el cual los estudiantes logran los mejores éxitos. Una segunda razón para la coherencia tiene que ver con el epicentro del control. Hay personas que tienen un epicentro interno de control, y hay otras personas que tienen un epicentro externo de control. Al referirnos a un epicentro interno de control, queremos decir que las cosas que hacemos tienen un efecto sobre el entorno. Creemos que hacemos que las cosas sucedan. Desafortunadamente, varios de nuestros estudiantes tienen ese epicentro externo de control, y éstos son estudiantes que a menudo tienen problemas de aprendizaje y de conducta, que creen que independientemente de lo que hagan, hay imprevisibilidad en cuanto a las respuestas que se dan dentro de ese entorno. Por lo tanto, aunque se comporten de manera apropiada o inapropiada, no saben si van a ver una respuesta positiva o negativa. Ellos solo eligen comportarse inesperadamente o comportarse de maneras en las que puedan sacar el máximo partido de las cosas. Al ser coherentes, ayudamos a esos estudiantes a crear un epicentro de control más interno porque pueden vincular sus conductas con cosas que les suceden dentro del salón de clases. Por lo tanto, no solo es bueno ser coherente, sino que realmente ayuda a desarrollar conductas adecuadas.
Como mencionamos anteriormente, los estudiantes en los salones de clases hoy en día son más diversos que nunca. Representan diferentes antecedentes raciales, étnicos, culturales y socioeconómicos, y hablan muchos idiomas diferentes. Los estudiantes también exhiben una amplia gama de habilidades o destrezas académicas, físicas y sociales. Aportan sus propios conocimientos y experiencias de vida al entorno académico y muestran diferentes maneras de aprender, comportarse, comunicarse e interactuar. Por esta razón, los profesores deben ser cautelosos y no hacer generalizaciones acerca de los estudiantes o responder apresuradamente a lo que perciben como una mala conducta. Más bien, deben tomarse el tiempo para aprender más sobre los antecedentes, valores, historias, prácticas y tradiciones de sus estudiantes y sus familias. Armados con este conocimiento, pueden mejorar la forma en que responden a la conducta de los estudiantes, así como la forma en que proporcionan instrucción. Este debe ser un proceso continuo, que incluso comienza antes de que el profesor se reúna con sus estudiantes y continúa a medida que llega a conocer mejor a sus estudiantes y sus familias.
¿Sabía que?
Los estudiantes de color experimentan tasas desproporcionadamente más altas de remisiones disciplinarias y sanciones más severas que sus compañeros blancos. Se cree que esta desigualdad está relacionada con la falta de prácticas de manejo de la conducta culturalmente receptivas o sostenibles.
Para obtener más información (en inglés) sobre el manejo equitativo de la conducta del Center on Positive Behavioral Interventions and Supports (Centro de Intervenciones y Ayudas para Conductas Positivas o PBIS), haga clic aquí.
Los profesores eficaces se concentran en promover las conductas deseadas en el salón de clases en lugar de reaccionar a conductas disruptivas o no deseadas a medida que ocurren. Para ello, utilizan estrategias positivas de manejo de la conducta (por ejemplo, refuerzo constante de reglas y procedimientos, elogios a conductas específicas, y apoyos durante las transiciones) en lugar de respuestas negativas (por ejemplo, reprimendas). Mientras más conductas adecuadas logre el profesor de los estudiantes, automáticamente habrá menos casos de conductas inadecuadas.
elogios a conductas específicasy
Una aseveración positiva dirigida hacia un estudiante o grupo de estudiantes que describe una conducta deseable en términos específicos, visibles y medibles. Revise esta Hoja de habilidades fundamentales del IRIS para obtener más información:
Pista
Trate de crear al menos cinco interacciones positivas por cada interacción negativa.
Escuche a Michael Rosenberg describir la influencia positiva que tuvo tanto para los estudiantes como para los profesores el implementar la estrategia “Te pillé portándote bien” durante el período de transición entre clases.
Michael Rosenberg, PhD
Profesor, Educación Especial, SUNY New Paltz
Profesor Emérito, Johns Hopkins University
(tiempo: 3:03)
Transcripción: Michael Rosenberg, PhD
Una de las cosas más interesantes que vimos en lo que respecta a ayudar a las escuelas a controlar las conductas fue algo que sucedió en una escuela intermedia. Aunque varios profesores y administradores creían que contaban con un entorno básicamente positivo, vimos que el número de interacciones negativas entre adultos y niños era casi tres a cuatro veces más que las positivas. Sin embargo, los adultos del plantel no pensaban que estaban siendo negativos. Sencillamente se trataba de la naturaleza tumultuosa de estar en una activa escuela intermedia en la que los profesores no podían comportarse sistémicamente de manera positiva hacia los niños porque estaban demasiado ocupados. Entonces las conductas en los pasillos en esta escuela intermedia eran simplemente atroces. Los niños golpeaban las taquillas, se golpeaban entre ellos, atropellaban las cosas entre la transición de una clase a la otra. Así que sugerimos que los profesores de la escuela intermedia implementaran la intervención de “Te pillé portándote bien” durante los horarios de transición, y simplemente lo que los profesores hicieron fue reunir 10 tarjetas que decían “Te pillé portándote bien” al principio de cada semana. Y por ejemplo si había 60 profesores y administradores en el plantel. Eso significaba seiscientos casos específicos en los que iban a ver a niños durante los horarios de transición y poder reconocerlos por portarse bien, entonces lo único que tenían que hacer era darles esta tarjeta y decir “Realmente te agradezco por hacer las cosas bien hechas en lo que respecta a tu conducta durante el horario de transición”. Nos percatamos de que con esa aseveración, los profesores tenían la oportunidad de tener seiscientas interacciones positivas con los niños. Las conductas en los pasillos mejoraron inmensamente, y todos se lo atribuyeron a una sencilla modificación de la conducta en la que dábamos estas tarjetas, que luego pasó a un cierto tipo de sistema de lotería en el que podrían entrar al almuerzo primero o recibir cierta clase de reconocimiento apropiado a nivel de escuela. Pero no era sólo un método de modificación de la conducta para mejorar la conducta positiva de los niños. Era algo así como una manera casi insidiosa de hacer que los profesores recordaran que debían ser positivos con los niños, por lo que las tarjetas sirvieron como una indicación de una manera de conseguir seiscientas interacciones positivas cada semana.
Para su información
Un componente esencial de la instrucción de alta calidad es tomar decisiones basadas en datos. La recopilación de datos permite a los profesores evaluar las prácticas actuales y, de ser necesario, hacer ajustes estratégicos para facilitar la conducta y el aprendizaje deseados del estudiante. La recopilación de datos debe completarse de la manera más conveniente posible e integrarse con la instrucción.
Los estudiantes que están aburridos o a quiénes no se les reta debidamente son más propensos a mostrar conductas disruptivas. De la misma manera, los estudiantes que no se sienten apoyados o a quiénes les resulta demasiado difícil el plan de estudios son más propensos a mostrar conductas disruptivas. El constante retraso con el contenido académico conduce a la frustración, especialmente cuando los desafíos académicos de un estudiante son notados por sus pares. Algunos estudiantes prefieren “portarse mal” que parecer inadecuados. Y éstas son solo algunas de las razones por las que la instrucción de alta calidad es esencial para un manejo eficaz de la conducta en el salón de clases.
Al elaborar instrucción de alta calidad, los profesores deben considerar las diversas necesidades de todos los estudiantes y estar preparados para proporcionar apoyo y modificaciones, según sea necesario, para mantenerlos interesados. Cuando los profesores proveen instrucción y actividades de aprendizaje apropiadamente desafiantes y atrayentes, los estudiantes son menos propensos a mostrar conductas disruptivas. Para obtener más información sobre cómo tratar las diversas necesidades de aprendizaje de los estudiantes, vea los siguientes módulos del IRIS:
Para tener en mente
Al igual que cualquier otra persona, los estudiantes tienen días malos. Eso está bien e incluso es normal. Cuando se tienen días malos, asegúrese de que el estudiante o los estudiantes comiencen el día siguiente con borrón y cuenta nueva. Esto es especialmente importante para los estudiantes que fracasan constantemente y que ahora podrían sentirse derrotados. Ofrecer a los estudiantes la oportunidad de tomar decisiones positivas cada día puede motivarlos a mostrar conductas más adecuadas.
Los estudiantes muestran conductas desafiantes por alguna razón. En otras palabras, la conducta tiene un propósito (a menudo esto se denomina “función”, es decir la “función de la conducta”). En muchos casos, las conductas desafiantes son simplemente una manera, por muy inapropiada que sea, para el estudiante obtener algo deseado (por ejemplo, atención, un artículo tangible) o evitar algo no preferido (por ejemplo, una tarea o actividad no deseada). Aunque estas conductas pueden ser física y emocionalmente agotadoras y afectar negativamente el tiempo de instrucción, los profesores que entienden esto no se toman la conducta de los estudiantes como algo personal ni se lo recriminan. Por el contrario, se dan cuenta de que es necesario enseñar a los estudiantes a comportarse debidamente y darles reafirmaciones positivas cuando lo hacen. También entienden que el cambio de conducta toma tiempo y que los estudiantes pueden mostrar conductas disruptivas durante ese período.
Escuche a Michael Rosenberg hablar sobre cómo abordar conductas desafiantes de una manera profesional y productiva. Luego, escuche a Angela Mangum hacer hincapié en la importancia de dar a los estudiantes un nuevo comienzo cada día.
Michael Rosenberg, PhD
Profesor, Educación Especial, SUNY New Paltz
Profesor Emérito, Johns Hopkins University
(tiempo: 1:13)
Transcripción: Michael Rosenberg, PhD
Una de las marcas distintivas de ser un profesor exitoso es mantener su profesionalismo, y eso nos hace preguntarnos ¿qué significa ser un profesional? Desafortunadamente, hemos visto algunos profesores que se ven atrapados en la ira de las situaciones al tratar con niños y a veces incluso con sus padres. Pero un verdadero profesional entiende y reconoce que su papel es ser educativo y no vengativo. Nosotros, como profesionales, no necesitamos tener la última palabra. Como profesionales en el manejo de conductas preocupantes, conductas desafiantes, conductas disruptivas, debemos reconocer cuál es el problema, determinar cuál es la función de esa conducta, y a veces sencillamente decirnos a nosotros mismos, ajá, ya sé de dónde viene esto. No voy a reaccionar a esto. Aunque este estudiante se está portando mal y en mi cara, voy a mantener el control de mis emociones, y a comportarme de manera coherente, productiva, y eficaz.
Transcripción: Angela Mangum
Creo que cuando se tiene ese tipo de relación en la que se demuestra que tú me importas, me importa tu aprendizaje, y es por eso que voy a exigir que cumplas estos estándares. Te estoy haciendo hacer esta actividad porque me importas tú y tu aprendizaje. Yo quiero que tengas éxitos. Y para que eso suceda, tenemos que hacer X, Y, Z. Luego, cuando se presentan problemas de conducta, puedes decir esta conducta no es propia de ti o no es apropiada y luego preguntarle ¿qué está pasando hoy, e intentar averiguar si hoy no es su día, y entender que necesita tener un mal día y dejarlo tranquilo, o es algo que va a ser un problema constante, en cuyo caso usted tiene un sistema establecido? Puede seguir estos pasos. Pero, una vez más, no puede darse convencido con ese niño. Si todos los días tienen un mal día, usted como profesor o adulto debe recordar que es su labor tenerle compasión y recuerde usted y recuérdele a él que cada día es un nuevo comienzo. La última clase tuvimos un altercado. No estabas contento conmigo, y yo no estaba contenta contigo. Pero hoy vamos a estrechar nuestra relación de nuevo. Y aquí sigo para ayudarte. No me he dado por vencida contigo. Todavía importa. Tu aprendizaje sigue siendo importante. Cuando se muestran ciertas conductas, y es algo que sucederá, es necesario tener un comienzo fresco cada día. Y creo que eso les da a los estudiantes una imagen más completa de usted como profesor. Usted siempre está ahí para ayudarles. Usted siempre está ahí para guiarlos. Independientemente de su conducta, usted tiene que ser más responsable y regresar dispuesto a ayudar y a ser amable y saludarles en la puerta, aunque quiera o no. Y eso ayudará a eliminar esas conductas, porque aunque lo hagan una y otra vez, usted los seguirá tratando de la misma manera. Y al final quizás se den cuenta de que no van a llegar a ninguna parte con esa conducta.
Regreso a la escuela
Como señalamos en una página anterior, cuando los estudiantes regresen a la escuela este otoño es posible que muestren conductas disruptivas con mayor frecuencia e intensidad. Aunque adoptar estos principios clave ayudará a limitar las conductas disruptivas, el tratamiento de estas conductas puede ser una fuente de estrés y frustración para los profesores. Por esta razón, es más importante que nunca cuidarnos. Planifique maneras de lidiar con los niveles adicionales de estrés que acompañarán este año escolar más desafiante. Esto puede ser tan simple como respirar profundo, hacer ejercicio diariamente, comer sano, o dormir lo suficiente.
Para obtener más sugerencias, consulte el siguiente recurso:
Cuidado de los cuidadores: Consejos para familias y educadores